lunes, 28 de diciembre de 2015

Salvador Freixedo, los extraterrestres son los ángeles, conferencia 2014.

Salvador Freixedo, (Carballino, Orense, 1923) ex-sacerdote católico español y ex-miembro de la Compañía de Jesús (Jesuitas). Ufólogo e investigador de temas paranormales, ha sido invitado como ponente en numerosos congresos internacionales, tanto en Europa como en América o Asia, así como colaborador de diversas revistas para científicas, como Mundo Desconocido,1 Karma 7 o Más allá2 entre otras, también ha participado en numerosos programas de radio y televisión dedicados a este tipo de temáticas. Aquí sus palabras en conferencia 2014. Biografía Salvador Freixedo Salvador Freixedo 30 de diciembre de 2015 a las 19:45 · OVNIS Y RELIGIONES (IV) El gran problema que existe en el estudio del fenómeno ovni es que los ovnílogos “cientifistas” se resisten a identificar a los dioses de los que nos hablan todas las culturas y religiones, con los tripulantes de esas maravillosas naves que vemos en nuestros cielos. Para ellos, mezclar religiones o espíritus con algo tan físico y material como los ovnis, es un desdoro y además se exponen a ser tildados de crédulos, anticientíficos y paranoicos. Mientras los investigadores de los no identificados no se atrevan a dar ese salto y a establecer esa relación e íntima conexión entre los dioses de las religiones y los ovnis, seguirán considerando a estos como unos aparatos físicos de alta tecnología y a sus pilotos como unos seres muy inteligentes cuya procedencia e intenciones nos son desconocidas. Pero se equivocan, porque hoy ya conocemos bastante bien cuáles son las intenciones de ALGUNOS de ellos. Estos investigadores cobardones parece que no saben que la “fisis” de los alienígenas, al ser ultradimensionales, tiene ciertos aspectos y capacidades que los convierten de alguna manera en espíritus. Una muestra de ello es que cuando están en nuestro mundo tridimensional conservan la capacidad de ser invisibles, ingrávidos, atravesar paredes sólidas, y muchos de ellos pueden leer nuestro pensamiento. Y cuando un humano está en contacto inmediato con ellos, es frecuente que le transfieran, esas mismas capacidades. Yo conozco a varias personas que me han contado cómo atravesaban puertas y paredes cuando iban en compañía de un alienígena. Solemos cometer el gran error de identificar lo físico con la materia sólida, tal como nosotros la conocemos. Pero las ondas con las que gracias a nuestros móviles nos comunicamos a través de miles de kilómetros, pertenecen también al mundo físico, pero la física de las ondas de los teléfonos no se parece nada a la física de nuestro cuerpo, y se parece ya más a lo espiritual porque es invisible e intangible. Cuando hablamos con alguien que está en Australia, esas ondas físicas no viajan desde allá; están ya aquí, ahora mismo, antes de que hablemos, porque en realidad están en todas partes como si fueran espíritus. Ahora mismo, aquí alrededor de nosotros, en forma de ondas, están TODAS las voces y TODAS las imágenes de TODOS los seres humanos del planeta. Necesitan solo el instrumento descodificador que las haga visibles o audibles. Y esto que parece un milagro, pertenece al mundo físico. Y decir esto, no es paranoia. Es la matrix universal o la lattice como dicen algunos físicomatemáticos. Los tripulantes de los ovnis, además de su corporeidad, participan de este tipo de fisis debido a su ultradimensionalidad, pero cuando se relacionan con nosotros adquieren los caracteres de nuestra tosca tridimensionalidad y adoptan formas visibles y tangibles para que podamos verlos y comprenderlos. Aunque es muy posible, según nos han contado muchos contactados, que en sus astros de origen tengan también cuerpos, aunque muy diferentes de los nuestros. En mi libro “La amenaza extraterrestre” no insistí suficientemente en que estos seres maléficos, tanto entre los extraterrestres como entre los de las creencias religiosas, son una ínfima minoría, comparados con los que se atienen a las leyes cósmicas del respeto mutuo. En nuestra Tierra sucede lo mismo. Las personas buenas o normales son mucho más abundantes que las radicalmente malas, pero las acciones de estas son mucho más llamativas. Una raza reptiloide y probablemente alguna otra, son las únicas que interfieren muy negativamente en las vidas de los humanos pero, por desgracia, están mucho más activas que las demás. Y de ellas es de las que solemos hablar más frecuentemente y de las que tenemos que defendernos. Su gran tarea, al mismo tiempo que su placer, es que los humanos estemos excitados y disgustados o suframos, porque de esa manera nuestros cerebros producen las ondas que a ellos les gustan. Esas ondas pueden ser, tal como leemos en la Biblia, refiriéndose a Yahvé, “un aroma calmante” para estos dioses maléficos. No olvidemos que el Yahvé del paraíso era un dios con minúscula disfrazado de Dios con mayúscula, pero era tan reptil como la serpiente con la que discutía. Engañó al pueblo judío que, tan inteligente como es, todavía no ha caído en la cuenta de ello y sigue invocándolo en el muro de las lamentaciones. La humanidad entera vive y ha vivido siempre sin darse cuenta bajo un formidable e inteligentísimo programa de Control Mental, organizado desde las alturas. A esto es a lo que se han dedicado mayormente los tripulantes de ciertos ovnis desde siempre, mucho más que a hacer piruetas en el aire, para tener distraídos a los ingenuos y bobalicones humanos.

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